viernes, 17 de diciembre de 2010

¡La madera tiene sed!





El otro día, un cliente nos comentaba que como era posible que una cómoda que le pusimos en el proyecto de diseño de interiores para su clínica, estaba con ese lustre y no tenía problemas con los cajones. Y sin embargo en su casa tenía un mueble de hace años, también macizo y los cajones le rozaban, las uniones se le habían agrietado un poco....¿Acaso es que es malo?
El motivo, la humedad.
Si, si , la humedad.
Pensamos que los muebles se dejan y ya no hay que preocuparse, pues no es correcto. Los mueble como materia viva que están hechos, tienen movimiento. Si movimiento, dilataciones por el cambio de temperatura y el cambio de humedad.
Cuando un mueble se realiza, este está en unas condiciones ambientales, que en la mayoría de los casos no corresponde al lugar en el que va a desarrollar su vida.
No es lo mismo el gradiente de humedad en zona costera como Valencia o el que hay en países de climas tropicales como Indonesia, Malasia, Filipinas, Vietnam…. O por el contrario zonas secas como Toledo, Cáceres, Madrid…
La madera tiene un proceso de secado anterior a su manipulación y se trabaja con cierta humedad, siendo este motivo el desencadenante que recomienda consumir madera maciza de la zona donde va a ubicarse el mueble.       
Es importante mantener el hogar o la oficina en el que se encuentran sus muebles debidamente humedecidos. La carencia de humedad, generalmente en los meses de invierno o en climas secos, puede hacer que ciertas chapas se agrieten. La madera agradece cierta temperatura y humedad (alrededor de 22ºC 72ºF con un 40 por ciento de humedad). La madera no debe situarse cerca de los aparatos de calefacción o de aire acondicionado. Éstos quitan la humedad necesaria de sus muebles y la extraen hacia fuera.
Así que señores, humedezcan de cuando en cuando sus estancias, pongan agua en recipientes adheridos al radiador y sobre todo , sobre todo en vacaciones dejen agua en las habitaciones, pues es el momento en que mas se resecan las viviendas…
“Y es que la madera también tiene sed…”