
El otro día, un cliente nos comentaba que como era posible que una cómoda que le pusimos en el proyecto de diseño de interiores para su clínica, estaba con ese lustre y no tenía problemas con los cajones. Y sin embargo en su casa tenía un mueble de hace años, también macizo y los cajones le rozaban, las uniones se le habían agrietado un poco....¿Acaso es que es malo?
El motivo, la humedad.
Si, si , la humedad.
Pensamos que los muebles se dejan y ya no hay que preocuparse, pues no es correcto. Los mueble como materia viva que están hechos, tienen movimiento. Si movimiento, dilataciones por el cambio de temperatura y el cambio de humedad.
Cuando un mueble se realiza, este está en unas condiciones ambientales, que en la mayoría de los casos no corresponde al lugar en el que va a desarrollar su vida.
No es lo mismo el gradiente de humedad en zona costera como Valencia o el que hay en países de climas tropicales como Indonesia, Malasia, Filipinas, Vietnam…. O por el contrario zonas secas como Toledo, Cáceres, Madrid…
La madera tiene un proceso de secado anterior a su manipulación y se trabaja con cierta humedad, siendo este motivo el desencadenante que recomienda consumir madera maciza de la zona donde va a ubicarse el mueble.
Es importante mantener el hogar o la oficina en el que se encuentran sus muebles debidamente humedecidos. La carencia de humedad, generalmente en los meses de invierno o en climas secos, puede hacer que ciertas chapas se agrieten. La madera agradece cierta temperatura y humedad (alrededor de 22ºC 72ºF con un 40 por ciento de humedad). La madera no debe situarse cerca de los aparatos de calefacción o de aire acondicionado. Éstos quitan la humedad necesaria de sus muebles y la extraen hacia fuera.
Así que señores, humedezcan de cuando en cuando sus estancias, pongan agua en recipientes adheridos al radiador y sobre todo , sobre todo en vacaciones dejen agua en las habitaciones, pues es el momento en que mas se resecan las viviendas…
“Y es que la madera también tiene sed…”